Ajedrez
La UNESCO considera pedagógicamente productiva la práctica de esta modalidad en los centros escolares.
El ajedrez es una fuente inagotable de aprendizaje para los niños, estimula la memoria, la concentración y la atención, fomenta la paciencia, favorece la socialización y refuerza el sentido de la responsabilidad al asumir los errores cometidos en el juego.
Desde un punto de vista pedagógico, el ajedrez enseña al niño a ser proactivo, estimula la capacidad de deducción y a saber anticiparse. Potencia el raciocinio lógico del niño y le motiva a la toma de decisiones.
Todos estos beneficios le servirán para su futura trayectoria y desarrollo profesional.

Objetivos, métodos y fundamentación
- Favorecer el desarrollo de las aptitudes mentales de los niños por medio del juego y de las relaciones sociales.
- Aumentar su capacidad de respuesta a la hora de resolver y solucionar problemas por medio del aprendizaje de diferentes estrategias de juego.
- Desarrollar el sentido de la autoestima y la confianza aprendiendo a valorar el esfuerzo por conseguir las metas que el niño se propone en el juego.
- Potenciar la capacidad de toma de decisiones bajo presión aprendiendo a pensar con rapidez y en un instante múltiples movimientos antes de realizar la jugada.